UNA PRUEBA DE VALOR

La previa a este duelo decisivo ante Napoli por la 11° fecha del Torneo Clausura estaba lejos de ser ideal: Seba no podía participar del mismo por un fuerte dolor en su espalda, Santi (su reemplazo habitual) llegó con el encuentro ya iniciado y Gusti (quien probablemente haya disputado la semana pasada su último partido con Candomberos), en un acto de irresponsabilidad y falta de respeto gigantesco, se ausentó una vez más a un partido clave habiendo anunciado previamente que iba a asistir al mismo. Es por eso que con 5 jugadores justos el rosa debió dar inicio a un match que, de perderlo, ya no dependería de ellos para ser campeón.
Galle, Ale, Sica, Tucho y Tincho fue el quinteto inicial; minutos después llegó Santi. Napoli por su parte se presentaba con lo mejor que tiene, con recambios y esto inicialmente fue demasiado para el Candombe. En base a una muy buena movilidad de todos sus jugadores y toques de balón, los celestes estaban siendo claramente más que su rival y comenzaron de esa manera a llegar a la valla del Galle, quien hasta ese entonces respondía a la altura. Con el suceder de los minutos el rosa se fue asentando, Sica y Ale comenzaron a sentirse más cómodos, lo que derivó en que las llegadas de los capitaneados por Pety fueran disminuyendo. Sin embargo, en la parte ofensiva el Candombe no encontraba la vuelta y simplemente se apoyaba en lo que pudiera hacer Tucho aguantando la pelota, pero pocas veces el 13 encontraba descarga. Ante la carencia de variantes ofensivas Santi debió asumir esa responsabilidad (como ya ha sabido hacerlo en el pasado y de muy buena manera) y a partir de su ingreso la peligrosidad candombera creció un poco, aunque no suficiente como para convertir. Hecho que los napolitanos podrían hacer, ya que aprovecharon una muy buena contra que agarró mal parado al equipo y dieron cifras de 1-0 a los 20 iniciales.
El complemento era una incógnita y no era muy esperanzador, y esto porque si bien era cierto que el rosa había mantenido la solidez necesaria en el sector defensivo como para soportar las embestidas celestes, era muy poco lo que insinuaba en cuanto a situaciones claras de gol. Sin embargo, de entrada nomás una muy buena pared ejecutada entre Tucho y Santi dejó a "Happy" mano a mano, pero Pety tapaba de buena manera. El Candombe había salido con una nueva idea de juego, con Santi parado mas cerca de mitad de cancha para cortar potenciales avances y generar desde allí y, sobre todas las cosas, había salido con una nueva actitud, mucho más agresiva que en la primera mitad, decidido a "matar o morir".
Así, apoyados en esos factores, el trámite del encuentro comenzó a variar. Candomberos empezó a llegar de sobremanera, sin embargo la suerte parecía no acompañarlo. Santi en una jugada increíble veía como su tiro pegaba en los dos palos y salía y como posteriormente Ale sacaba un potente tiro que se iba besando el ángulo. Tucho también probaba suerte, pero Pety se mostraba sólido y, para colmo de males, Napoli de contragolpe lastimaba nuevamente y ampliaba a 2 la diferencia.
Los ánimos rosas no bajaron, el equipo siguió yendo sin más pero el destino parecía mofarse de todo el esfuerzo realizado por los muchachos: Sica sacaba un potentísimo remate que daba en el palo, Tucho veía como un tiro propio rozaba el horizontal y todo el equipo observaba como en sucesivas oportunidades los napolitanos despejaban la pelota muy cerca de su línea. Sólo quedaban cinco minutos y la ilusión se desvanecía cada vez más, sin embargo, en una muy buena jugada encabezada por Sica, Ale recibía la pelota en la esquina del área y con un tiro fuertísimo descontaba.
No quedaba mucho y para colmo los celestes casi lo liquidan en una maniobra en la que anticiparon un pase de Santi dentro del área pero afortunadamente en un esfuerzo colectivo la misma fue abortada. Sica seguía teniendo la manija para las salidas y Ale era quien distribuía con más criterio la pelota y quien más claridad tenía de cara a generar peligro. Así fue como el último campeón de la C comenzó a empujar; Santi creció de sobremanera en su labor defensiva y comenzó a cortar los avances de Navarro y Visillac y Galle tapaba todo lo que pretendía vulnerar su meta. Sólo quedaba 1 minuto y allí se hizo sentir lo mejor que Tucho realizó en la tarde; el 13 logró desde el minuto inicial del complemento extraer infracciones rivales, lo que permitió llegar a 5 y aproximaba a la posibilidad de un tiro castigo. Posibilidad que fue consumada de manera muy inteligente por parte de Ale, quien cubrió un avance de Navarro con su espalda y padeció la falta del delantero en su intento de hacerse con el balón; era TC.
"Malingas" Pereyra, en un acto que podría haber determinado la resición de su contrato y el odio eterno de la fanaticada rosa, asumió la responsabilidad. Acomodó la bocha y ejecutó un remate extremadamente potente que pudo romper con la defensa de Pety y empardar las acciones, desatando la alegría generalizada. El árbitro (de buena labor), inmediatamente adicionó 2 minutos más y lejos de conformarse con la epopeya alcanzada, el Candombe salió a ganarlo. Si bien es cierto que Napoli casi se lo lleva (el Galle con unos grandes reflejos se hizo con una pelota que entraba), de contra el rosa casi lo liquida en una maniobra iniciada por "Trapo" Fernandez, quien llevó marcas, cedió a Tucho y picó al área, recibió el pase del 13 y su remate se fue cerca del palo. Final del partido: un vibrante 2-2.
Si bien es cierto que en principio queda el sabor amargo de imaginar que con la presencia de Gusti el juego podría haber sido rosa y que de haber obtenido la victoria una buena parte del torneo estaba asegurada (Real Cohólicos perdió ante Pecho Fresco), es preciso en esta oportunidad mirar el vaso medio lleno. No sólo el Candombe debió sobreponerse a todas las adversidades manifestadas al inicio de la nota, sino que durante el mismo partido dio muestra de una fortaleza mental digna de un equipo campeón. Con un 0-2, sucesivos tiros a favor en los palos y las consecuencias que implicaba caer derrotados (que a pocas fechas del final del torneo ya no dependa del equipo), jamás se frustro ni bajó los brazos. Quizá no dio cuenta del mejor fútbol que la historia Candombera ha sabido brindar, pero si mostró un corazón de acero que lo mantiene con vida en el campeonato y le permite, aunque sea por sólo un punto, conservar el liderazgo del mismo.